Por fin hoy me decidí sacar mi primer blog del dique. Eso sí, sin romper ninguna botella de champagne francés; porque, además que solo me queda una de cava catalán y la reservo para navidad, pienso que no es para festejar ni dejar de tener el dique seco.
De momento no saldrá a surcar los mares, me dedicaré a pintarlo y retocar su aspecto. Mientras la inspiración me hace decidir que transportará, lo mantendré amarrado en puerto.
Y es que la competencia nos hace meditar tanto nuestras ideas...
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